Holguer Alfredo Cruz Bueno

Instituto del Oriente
Reconocimiento: Gran maestro

Biografía

Propuesta

Por los caminos de la palabra

Estrategia
Aprovechar la riqueza de la tradición oral de la región, como estrategia para incentivar la lectura y motivar la escritura creativa.

“Por los caminos de la palabra” es un proyecto que se diseñó como estrategia para incentivar la lectura y motivar la escritura creativa entre los estudiantes del Instituto del Oriente (antiguo Centro Educativo Planadas) localizado en el sector rural del municipio de Piedecuesta, Santander.

La etapa de investigación, diseño y estructuración se inició en septiembre de 2005 y se empezó a desarrollar desde marzo de 2006. En la actualidad, forma parte de las estrategias incluidas dentro del PEI, y cuenta con el apoyo de toda la comunidad educativa y el reconocimiento municipal y regional.

Por ser (para la fecha de iniciación del proyecto) una institución en compleja evolución (2003 escuela rural, 2004 Centro educativo, 2007 Colegio Completo), la llegada de nuevos maestros provocó un choque en la comunidad educativa, con marcada notoriedad en los estudiantes que comenzaban la básica secundaria. Las prácticas de lectura literaria en forma recreativa, de entretenimiento o de investigación eran muy limitadas; prácticamente nulas. Los padres de familia no veían importante la adquisición de libros. A esto se sumaban: la distancia entre la vereda y el casco urbano para asistir a la biblioteca municipal y la falta de libros en el centro educativo.

Para la fecha de mi llegada a la institución (mediados de 2005 –primer concurso docente) pude detectar, mediante diagnóstico realizado a los estudiantes, que el principal problema para el buen desempeño en todas las áreas era la dificultad para leer y comprender la lectura. Esto causaba en los estudiantes un alto grado de desmotivación y por ende, se registraba una preocupante cifra de deserción.

Como docente del área de Lengua castellana, les mostré los resultados del diagnóstico a los demás docentes y les presenté la propuesta para buscar mayor motivación y garantizar la permanencia de los estudiantes en las aulas.

Al comienzo fue duramente criticada y rechazada por quienes preferían “avanzar” en la aplicación de sus planes de estudio y “cumplir” con sus programas académicos. De manera silenciosa pero persistente, decidí echar a andar la propuesta en mi área y únicamente en la sede en la cual yo trabajaba.

“Si los estudiantes no saben leer y no entienden lo que leen, no van a sentir la lectura como fuente de alimentación intelectual y por ende, no van a rendir en ninguna de las áreas” – les dije, pero no hicieron caso. Al poco tiempo, como era de esperarse, los docentes de otras áreas y sedes donde se empezaba a implementar la básica secundaria, comenzaron a quejarse por el bajo rendimiento y la falta de interés que los estudiantes presentaban por sus clases. Volví a insistirles en mi propuesta y poco a poco algunos docentes se fueron sumando al proyecto.

Ante la falta de libros, convoqué a un grupo de estudiantes para conformar el grupo de lectura con el cual visitamos las fincas y casas campesinas para intercambiar historias con los familiares de los estudiantes y los labriegos de la zona. Yo les llevaba libros de cuentos, algunos míos, otros prestados en la biblioteca municipal y les leíamos a los campesinos. A su tiempo, ellos nos narraban sus propias historias, producto de la rica oralidad de la región.

Con los estudiantes, comenzamos a recopilar estas historias y las condensamos en un libro (“Nuevas leyendas del campo, historias de miedo”) que publicamos, de manera artesanal, y lo lanzamos en la primera feria literaria que organizamos nosotros mismos en la vereda Planadas el 23 de abril de 2006. Algunas de las historias recogidas, fueron leídas en el acto. Cuando los padres de familia escucharon sus historias, que de la oralidad pasaron a ser textos escritos, se animaron mucho y modificaron su actitud frente a la importancia de los libros. Por su parte, los estudiantes tomaron estos libros y los llevaron a sus casas, los compartieron con su familia, con sus vecinos y se comenzó una especie de “fiebre” por la lectura de historias de la región.

El paso siguiente fue establecer un convenio con la biblioteca municipal para el préstamo masivo de libros (30 a 40 libros en promedio mensual) y llevarlos a la vereda.

En esta etapa nos encontramos hoy día. Los estudiantes disponen de los textos, los llevan a sus casas, los leen en familia, los regresan y se llevan otros rotando variedad de historias, temas y géneros.

Con los docentes de las otras áreas, motivados por mi propuesta, planteamos la necesidad de permitirles a los estudiantes desarrollar su capacidad creativa a través de la escritura de textos a partir de los temas que van adelantando, ejemplo:
Química:
escribir un “cuento de miedo” (tradición oral campesina) donde los personajes y lugares sean elementos de la tabla periódica; Matemáticas: inventar coplas con buen ritmo, buena rima y mucho humor (picaresca santandereana), en las cuales se exponga la mayor cantidad de términos matemáticos y/o de geometría; Ciencias naturales:
inventar un mito en el que explique el origen de los animales, el agua, los minerales, el planeta, etc.

Teniendo en cuenta que los estudiantes, al llegar al grado sexto, provienen, en su mayoría, de las diferentes sedes del Instituto, al comenzar cada año escolar, se aplica una guía diagnóstica para establecer las falencias, deficiencias, ventajas y dificultades de los estudiantes frente al proceso lecto-escritor y la actitud de sus familias frente a la importancia de la lectura, y en general, frente a la importancia de la educación en el contexto familiar y social. Al finalizar el año, se aplica una guía evaluativa para analizar los resultados y considerar las posibles modificaciones que requiere el proyecto.

Con esta estrategia, en el campo académico podemos afirmar que se ha alcanzado mayor motivación por la lectura de textos literarios, informativos, científicos, etc., se ha fortalecido la capacidad de expresión tanto oral como escrita (debilidad marcada en las personas del sector rural), se ha mejorado la comprensión lectora generando mejores resultados en las competencias: comunicativa, interpretativa, argumentativa y propositiva; al igual que se ha afianzado en los estudiantes la capacidad de generar hipótesis y de resolver problemas; se ha podido incentivar la creatividad para construir mundos posibles y producir espacios  ara formular alternativas de solución a los conflictos sociales, económicos, políticos y naturales.

En el campo de lo social, se ha frenado la deserción escolar gracias a que los estudiantes logran entender mejor las temáticas en las diferentes áreas académicas.

De alguna manera, también se ha motivado el aumento de la cobertura escolar ya que muchos de aquellos que habían decidido ausentarse de las aulas, regresaron. De la misma forma se ha generado un gran cambio de actitud de la comunidad frente a la importancia de la educación.

Soporte teórico:

  • FUNDACIÓN ANTONIO RESTREPO BARCO, Ministerio de Educación Nacional. Revista Alegría de Enseñar.
  • GRUNFIELD, D. et al abordaje de la lengua escrita en el nivel inicial. Santa Fe de Bogotá: Ministerio de Educación Nacional. 1994 p. 23
  • HURTADO, R. “La enseñanza de la lectura y la escritura en la educación básica primaria para niños y adultos iletrados”. Mimeo p.92. p. 128.
  • JEROME, Brunner. El lenguaje y el mundo. Editorial Bruguera. España. 1993. Pg 58.
  • PIAGET, J. INHELDER, B. Psicología del niño. Madrid, Editorial Morata, 1973.
  • PIAGET. 1959. SUTTON Smith, 1979.
  • PULIDO CASTELLANOS, Flor Delia. Literatura Infantil. Centro de Estudios a Distancia. Pamplona Norte de Santander.
  • QUINTERO SUÁREZ, Luis Hernando. NIÑO MOGOLLON, Miguel Antonio. Psicología del Desarrollo. Universidad de Pamplona. Pamplona (N.S). P.13
  • QUIROGA, Horacio. Decálogo del perfecto cuentista.
  • RODARI, Gianni. Gramática de la fantasía: Introducción al arte de inventar historias. Editorial Panamericana. Bogotá. 1999. 232 p.

Nota: El libro “Nuevas leyendas del campo, historias de miedo”, es reeditado cada año,
adicionándole las nuevas historias que traen los estudiantes que llegan al grado sexto.
De cada edición se imprimen (como ya se dijo, artesanalmente) 20 ejemplares. Aunque
de acuerdo con la demanda, se sacan cuantas fotocopias sean necesarias.