Óscar Gilberto Vesga Pérez

Institución Educativa La Palma. Gambita, Santander
Reconocimiento: Maestro ilustre

Biografía

Propuesta

El arte audiovisual escolar, espejo del  contexto social

A GRANDES RASGOS: Creamos cortometrajes con base en investigaciones interdisciplinarias que nacen de preguntas, búsquedas, incertidumbres o problemáticas locales. El proceso empieza con talleres de apreciación cinematográfica y de creación literaria, luego determina el tema tras una Investigación Acción Participación y finalmente se funde con la academia. El resultado final siempre es un cortometraje argumental. He trabajado desde el 2007 hasta el presente con niños de escuelas rurales de Boyacá y Santander. Algunas de las películas han sido exhibidas en varios Festivales Nacionales de Cine y uno obtuvo el presente año un reconocimiento nacional. Esta experiencia pedagógica fue seleccionada por la Secretaría de Educación de Santander en el 2011 para ser compartida.

LO QUE BUSCA: Aportar al fortalecimiento  de la cultura audiovisual escolar como medio de expresión artística y de construcción social, a partir de la creación, producción, postproducción  y difusión  de cortometrajes que se realizan con estudiantes de diferentes Instituciones Educativas, con base en reflexiones sobre las problemáticas personales, académicas y/o locales. Generar una herramienta didáctica en los estudiantes y profesores de las Instituciones Educativas que motive el trabajo interdisciplinario en torno a las investigaciones propuestas, propiciando espacios de reflexión en la comunidad académica que se extiendan a la comunidad en general a través del proceso de investigación y de su resultado.

PRONÓSTICO Y PROPÓSITO: Somos una cultura audiovisual.  En nuestro hogar vemos diariamente televisión o películas, es una afirmación general y con ella no niego la existencia de familias que se dediquen a leer, pero comparadas con las primeras son escasas. En mis clases para obtener respuestas afirmativas es más fácil preguntar quién se ha visto “X” película, que  preguntar quién se ha leído “X” texto. Si a mis estudiantes doy la opción de leer un libro o ver la película hecha con base en él, son pocas o inexistentes las excepciones que se inclinen por la lectura. Si comparamos en nosotros mismos la cantidad de libros que hemos leído con la cantidad de films que hemos visto, la diferencia suele ser abismal; podemos hacer  el ejercicio de sopesar el tiempo que le dedicamos diariamente a la lectura y el que le dedicamos a la televisión. Esto no es necesariamente un diagnóstico negativo, ni triste, ni pesimista, sino concreto y fiel a mi realidad como docente, y principalmente como colombiano.

Ahora bien, entendiendo que nuestra cultura se inclina por los medios audiovisuales en vez de la literatura, he intentado aprovechar esta formación, esta pasión o simplemente este hábito para acercarme a los problemas, necesidades, interrogantes y expresiones que los estudiantes tienen, encaminándolos en procesos de investigación cuyo resultado final siempre es visible y audible: una película. Durante los últimos seis años he itinerado por varias escuelas viendo como los estudiantes se apasionan durante meses indagando; los he estimulado para que se sumerjan en temas de su interés y su realidad, lo cual los lleva a otear diferentes áreas para lograr un resultado, tejiendo saberes para poder acercarse a lo que quieren decir, crear, contar o compartir. Esta experiencia me ha demostrado que la educación puede convertirse en un espacio vital, gracias a que la investigación y la creación artística abren ventanas para vislumbrar acercamientos a la solución de conflictos tanto en lo académico como en la convivencia. Quizá mi propósito lo sinteticen mejor las palabras de Regina Zilberman: “La escuela y la literatura pueden probar su utilidad cuando se convierta en un espacio para que el niño pueda reflexionar sobre su condición personal”.

ALGUNAS CREACIONES: “La Pescadora del Desierto” se grabó en el año 2007 en la escuela San Roque de la vereda Cañuela, la parte más erosionada del municipio de Villa de Leyva, Boyacá, la cual tiene una notable deforestación y escasez de agua. La investigación partió en torno al territorio, partiendo de las ciencias naturales, y encontramos que los pocos árboles que sobreviven están siendo devorados por una planta epífita conocida en la región como tilancia o barboja. De allí nacen los personajes que aparecen en el corto, “los Barbojos”. La historia nació gracias a esta problemática enmarcada en un argumento con base en dos textos que nos inspiraban en el momento: “El Principito”  y el cuento “El Hombrecito Vestido de Gris” de Fernando Alonso.

 “Visión” en el colegio Luis Carlos Galán  de la vereda Capilla Uno, de Villa de Leyva. Este cortometraje al igual que el anterior es producto de una indagación al territorio. Los estudiantes tienen un colegio rodeado de bosques, de agua, de fauna, de riquezas, de todo lo “esencial”, pero como nos enseñó el Principito, todo esto es “invisible a los ojos”; por lo cual creamos un argumento como pretexto para hablar de lo anterior, involucrando asignaturas como: Biología, Ciencias Sociales, Lengua Castellana e Informática.

“Adentro” se grabó en la escuela de la vereda Cardonal, de Villa de Leyva, un lugar lleno de robledales, quebradas que resisten los veranos, fauna… pero el problema que quisimos tratar con los niños, el cual fue aflorando en los talleres de escritura, fue el miedo que muchos de ellos le tenían a sus padres. Esta región aparentemente pacífica padece de altos índices de violencia intrafamiliar. “Adentro” fue la posibilidad de sublimar el miedo, de transformarlo en una creación artística.

“Cartas del Viento” se grabó en junio de 2010 trabajando mancomunadamente con cinco escuelas rurales de Barichara, Santander. El guión partió en torno al Bicentenario de la Independencia, investigación que en su proceso generaba varias preguntas: ¿Cómo hablar de los interrogantes que dejó abierto el proceso de independencia a través de un cortometraje? ¿Qué papel cumplen los niños en medios de las guerras de independencia? ¿Qué pasa en los pueblos mientras mujeres y niños esperan a los hombres que hacen (o evitan) las independencias?

“Sapo” es la creación más reciente, lo estrenaremos en agosto del año en curso. La idea partió de una investigación al imaginario de los niños, quienes creen fielmente en que, por ejemplo, la prestidigitación es magia. Por ello, el guión nace como un homenaje a un mago que falleció en mayo del presente año “Jesús Calvete Calvete”, a quien envidié por las montañas de sonrisas que les robaba a los niños, por las miles de caras de asombro y felicidad que se llevó en su corazón y seguramente ahora están iluminando su viaje.

De igual modo hemos hecho cinco biografías de los estudiantes que se han graduado en la  Institución Educativa La Palma, de Gámbita, Santander, establecimiento en el cual trabajo actualmente. Gracias a una beca como Formador en Medios Audiovisuales que me otorgó el Ministerio de Cultura en su convocatoria Pasantías Nacionales en el año 2011, pudimos crear 7 cortometrajes, un documental y dos videos informativos. Para ello trabajé no sólo con los estudiantes de mi sede, sino también con las distantes escuelas que conforman mi actual Institución. Cabe destacar que uno de ellos, “Ceguera” fue el que obtuvo el segundo puesto en el reciente 4° Concurso Nacional de Video “Notas de Maestro” de FECODE.

Durante el segundo semestre rodaremos “El Herido”, guión que nació de una investigación sobre la violencia. La Palma, corregimiento donde trabajo, es un lugar hermoso, descansa entre una planicie cercada por montañas infinitas como intactas pirámides de vida, poco maltratadas por manos humanas, donde se oyen gritos de pájaros desconocidos y se ven árboles sin nombre. Podría decirse que es un remanso de paz, pero allí también he acompañado a mis estudiantes a sepultar a sus familiares asesinados a machetazos. “El Herido” es el punto de llegada de muchos interrogantes y de varios meses de indagación. Las Ciencias Sociales fueron el pretexto para sumergirnos, y nos encontramos con que, por ejemplo, el famoso bandolero Efraín González tuvo como refugio a La Palma en los años 60’s. Durante varias semanas recopilamos información con los estudiantes visitando las bibliotecas más valiosas que tiene el corregimiento: los ancianos, y complementamos estas entrevistas con libros de dedicados historiadores como Pedro Claver Téllez. Este cortometraje quizá no resuelve ninguna pregunta, seguramente lo que hará será abrir más interrogantes, pero eso es precisamente lo valioso: el proceso de reflexión y creación.

Todas nuestras obras han sido inspiradas en Shakespeare, en Cervantes, en Santiago García, en Beatriz Camargo… no por sus trabajos, sino por su ejemplo: no hay que copiarle a nadie, ni hay que remontar las obras de otros, hay que crear las propias,  lo cual nos ayuda a desmitificar que “la verdad, la belleza, la armonía, la historia y la dignidad están siempre en otra parte”, y que el barro de nuestra tierra “es apenas materia de horror y de olvido”[1].

Me he decidido siempre por la zona rural, ya que como ellos, soy de origen campesino y sé que estos talleres, estos pedacitos de vida que hemos compartido, les ayudará a creer en el arte como punto de partida, como una posibilidad diaria, una puerta abierta, una luz perenne que alimentará su pasión por la vida, la investigación y la creación.

REFLEXIONES: Cada arte tiene sus particularidades, el audiovisual nos da la ventaja de estamparnos en el tiempo. Trabajar  con los estudiantes de las diferentes veredas, de diferentes municipios me ha ayudado a entender que si el ser humano necesita alimentarse de arte en algún momento de su vida es precisamente en la infancia, ya que éste nos posibilita la llave para abrir las puertas que por herencia o por ignorancia han sido cerradas. Creo fielmente que la prioridad de Colombia y el mundo en estos momentos es despertar la sensibilidad, y ésta precisamente, la cultiva el arte; por eso es imprescindible sembrar, justo en ese momento donde la mente y el espíritu están en su momento máximo de fertilidad: la infancia. William Ospina dice que “no hay edad de la vida donde haya más llanto y más fiebre que en la infancia, no hay edad más agitada de terrores, más impresionante y más crédula... y sin embargo, no hay vitalidad mayor que la suya”[2].

Cuando esa vitalidad se logra encaminar gracias a un trabajo orgánico entre el arte y la pedagogía, se ven resultados inmediatos, no sólo en el contexto escolar, sino también en el social. Michael Youngblood[3] dice que nosotros aprendemos, producimos y apreciamos el arte, con las mismas habilidades básicas que empleamos para aprender, manipular y juzgar todo fenómeno interno y externo de la vida. El arte es un alimento que todos los seres humanos necesitamos, por tal razón, al que todos tenemos derecho. Recuerdo al maestro del teatro colombiano Santiago García afirmando en una conferencia que “es un crimen que una persona no tenga acceso por ignorancia al goce de la música, de la literatura, del arte en general”. El poeta cubano José Martí preguntaba: “¿Quién es el ignorante que sostiene que la poesía no es necesaria para los pueblos? La poesía es más necesaria a los pueblos que la industria misma, pues ésta les proporciona el modo de subsistir, mientras que aquélla les da el deseo y la fuerza de la vida”. Es urgente reivindicar el arte como una posibilidad, y precisamente, como diría Gianni Rodari: “No para que todos sean artistas, sino para que nadie sea esclavo”; esclavo del pesimismo, de la desidia, de la pereza, de los vicios…

Hay un famoso ejemplo sobre una “tragedia” que se evitó gracias a una novela. Goethe escribió la romántica y trágica historia de Las desventuras del joven Werther al tener una desdicha amorosa con Charlotte Buff, la prometida de uno de sus amigos. Werther, el personaje central de la novela, hace lo que su autor deseaba hacer con su vida: suicidarse. Como Goethe, La humanidad  ha encontrado en el arte un refugio para auscultar la realidad en la que está inmersa y para proponer desde allí salidas a sus encierros; para revisar el misterio que guarda cada ser en su interior; ha encontrado un umbral para ir del mundo “real” al mundo de los sueños, para transformar las tragedias humanas en obras que dan sugerencias para evitar repetirlas. Por eso la prioridad siempre ha sido crear con base en nuestro propio contexto, en nuestras propias preocupaciones (también me incluyo ahí como docente, porque somos los que más aprendemos y crecemos con estas experiencias).

 



[1] OSPINA, William. Las Auroras de Sangre: Juan de Castellanos y el Descubrimiento Poético de América. Edit. Norma. Ministerio de Cultura. Bogotá. 1999. Pág. 23.


[2] OSPINA, William. Es Tarde Para el Hombre. Edit. Norma. 4 ed. Bogotá. 1994.  p. 29


[3] YOUNGBLOOD, Michael. “The Phylogeny and Ontogeny of Art”. En: Art Education. N°6, 1987. En: CABRERA SALORT, Ramón. Educación por Arte: Afectividad e Inteligencia. Revista Actuemos N° 29. Bogotá. 1998.

 

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